NO HAY NOCHE SIN DIA NI LIBERTAD SIN ANARQUIA - LOS BIENES MAS PRECIADOS SON LA VIDA Y LA LIBERTAD - SALUD, ANARQUIA Y REVOLUCIÓN SOCIAL-

lunes, 9 de enero de 2006

Los niños perdidos


Los niños perdidos
Teatro María Guerrero. Madrid.Compañía Micomicón: Juan Ripoll, Marcos León, Manuel Agredano y Mariano Llorente.Dirección: Laila Ripoll.
Los niños perdidos: perdieron la guerra y con ella la oportunidad de ser niños. Laila Ripoll ha escrito este texto que nos aproxima a una más de las barbaridades vividas en nuestra historia reciente: niños arrancados de sus familias por unas u otras razones, por fusilamientos o prisión de sus padres o por el simple antojo del cacique, falangista o cura del momento. Una herida que sigue abierta en nuestra historia, donde sigue habiendo un vacío insondable.Hijos de "rojos" sin derecho a padre, ni madre, niños sometidos a las instituciones caritativas del franquismo o dicho más claramente, a hospicios regidos por la Santa Madre Iglesia, donde se les infringían los castigos más duros tanto físicos como síquicos, donde se les "deseducaba" a través del miedo y donde se intentaba formar a la pequeña escoria "roja" en los nuevos valores de la patria: sometimiento, miseria, ignorancia, atraso... Miles de vidas rotas, desde la antipedagógica más cruel, que impartían "hermanitas de la caridad" de una Iglesia, que institucionalmente llevaba al mayor asesino de la historia de España bajo Palio, una Iglesia cómplice con los miles de crímenes y violaciones que se gestaron en España en la cruzada fascista que ellos apoyaron.
La obra te sumerge en un mundo, para muchos a día de hoy desconocido, oscuro y claustrofóbico, tres niños juegan con el miedo, en el vacío interminable de un desván, que recoge la historia de los duros y crueles castigos de las monjas. Cuatro actores adultos, que saben transformarse en niños inocentes nos sumergen en este mundo del pasado, relatado entre el hambre y el castigo físico: juegan, imitan y sueñan, cuando ya ni si quiera existen, cuando el catolicismo fascista de los hospicios que los recoge consigue su máxima: anular a los seres humanos con el asesinato, o en vida con la invalidación del derecho a ser una persona digna.
Los niños, el eslabón más débil de las sociedades destrozadas por las guerras. Niños maltratados intencionadamente, desde la ideología fascista que reinó en éste país por cuarenta años. Niños, que si lograron sobrevivir al horror, guardaran de por vida como una herida el amargo recuerdo de su infancia, el espanto vivido en un régimen que no tuvo ni piedad, ni escrúpulos con nada, ni nadie.
En la fotografía ha colaborado Carlos Jiménez, que también fue uno de esos "niños perdidos" y que lo reflejo en aquella maravillosa trilogía de "España una", "España grande" y "España libre" (1976-1977) y en la autobiografía "Paracuellos". Es de agradecer que Gerardo Vera, haya puesto el escenario del Centro Dramático Nacional a disposición de la compañía independiente Micomicón, algo fuera de lo habitual, que puede ayudar a dar a conocer lo que el miedo y el silencio obligado, siguen taponando en pleno siglo XXI, el horror vivido en España durante la dictadura fascista. ¡Para no olvidar!
LQS G@lileo. Enero de 2006
(*) "La Iglesia no ha de ser recriminada porque se halla, abierta y oficialmente, pronunciado a favor del orden contra la anarquía, a favor de la implantación de un gobierno jerárquico contra el disolvente comunista, a favor de la defensa de la civilización cristiana y de sus fundamentos, Religión, Patria y Familia, contra los sin Dios, sin patria y hospicianos del mundo…"(Cardenal Pla y Deniel, pastoral de 30 de Septiembre de 1936)

No hay comentarios: