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viernes, 1 de agosto de 2014

VEJACIONES EN EL CORTE INGLES DE SALAMANCA


Una clienta denuncia vejaciones en El Corte Inglés al obligarla ilegalmente a desnudarse tras una falsa acusación de robo

Carmen H.M. acudió el martes por la tarde a comprar al centro comercial ubicado en la calle María Auxiliadora cuando al salir fue requerida por la seguridad privada al sospechar que había sustraído ropa. Mostró sus bolsillos sin prenda alguna, pero la llevaron a un cuarto donde la obligaron a desnudarse sin presencia policial, como establece la normativa vigente. "Me sentí totalmente humillada y vejada, como en una cárcel de Colombia", asegura

Una salmantina ha denunciado ante la Policía Nacional las presuntas vejaciones sufridas en El Corte Inglés tras ser acusada falsamente de robo. Así, fue obligada a desnudarse por la seguridad del centro comercial, hechos que se produjeron sin la presencia policial, como así establece la normativa vigente y así le han comunicado a la víctima en la Comisaría de Salamanca mientras interponía la denuncia, a la que ha tenido acceso en exclusiva SALAMANCA24HORAS.

Carmen H.M. acudió el martes por la tarde a comprar al centro comercial ubicado en la calle María Auxiliadora. Cerca de la hora de cierre, a las diez de la noche, se encontraba en la primera planta, en la zona de lencería, donde decidió dejar dos sujetadores que se había estado probando, con la intención de regresar al día siguiente por la mañana, ya con más tiempo, para realizar la compra. En ese momento al salir por la puerta de El Corte Inglés, un vigilante de seguridad la retuvo, afirmando que había visto algo sospechoso.

Según relata la víctima, y así lo recoge la denuncia presentada ante la Policía Nacional, la mujer aseguró que no había cogido nada, mostrando sus bolsillos para que quedara constancia de que no llevaba prenda ni objeto alguno perteneciente al centro comercial. Pero el vigilante no la dejaba salir y avisó a sus compañeros. Entonces llegó un segundo vigilante con un taco de etiquetas y alarmas, dando por hecho que habían sido robadas por ella. Carmen insistió en que no había cogido nada, solicitando que miraran las cámaras de seguridad, pero le afirmaron que se veía cómo cogía prendas.

Entonces fue llevada hasta una habitación, donde se encontraban tres hombres y una mujer de seguridad de El Corte Inglés. Uno de ellos le insistió en las acusaciones de robo a partir de las etiquetas y alarmas de ropa quitadas que habían encontrado, negando Carmen una vez más los hechos. Aún así, la obligaron a desnudarse, ya sólo en presencia de la mujer, constatando que no tenía nada. La persona de seguridad comunicó a sus compañeros que no había encontrado prenda alguna que hubiera sido sustraída, por lo que, todavía entre acusaciones de robo, la dejaron marchar.

"Al salir me eché a llorar"

Veinte minutos después de iniciarse los hechos, Carmen Herrera salía de El Corte Inglés. "Al principio me lo tomé un poco a risa por la incredulidad de ver que me acusaban de algo que no había hecho, pero al ver que insistían y después pensar que me habían obligado a quitarme la ropa, me vine abajo y al salir me eché a llorar", relata. "Me sentí totalmente humillada y vejada, como en una cárcel de Colombia", añade.

Al llegar a casa llamó a la Policía para consultarle si era legal la situación que había sufrido, explicándole que "era ilegal y tenían que haber avisado a los agentes para que fueran ellos quienes me registraran". Por eso, este miércoles por la mañana ha interpuesto una denuncia en la Comisaría de Salamanca. Además, presentó una hoja de reclamaciones. "Lo que quiero es que esto no vuelva a pasar y que me pidan disculpas públicamente, que vean el vídeo bien, porque verán que no cogí nada. Sólo lo hizo la chica y el vigilante que me paró al principio porque al verme dejar los sujetadores se equivocó, el otro insistía en que había robado yo la ropa de esas etiquetas y alarmas que encontraron", concluye.

Versión de la empresa

Por su parte, desde el departamento de prensa de El Corte Inglés se asegura que en ningún momento se obligó a la clienta a desnudarse, que fue inspeccionada en una sala de la planta baja y apenas se la retuvo un minuto.

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